Una madre conto que mientras su pequeña terminaba de cambiarse después
de darse una ducha, le grito desde el baño: "MA, ME ESTAN CRECIENDO PELOS
EN LA VAGINA!" la madre sorprendida hizo un gesto de dolor arrugando su
cara, pero exclamo: "Que alegría que estés creciendo!" Sus sensaciones
internas no estaban en sintonía con lo que estaba diciendo.
Luego de escuchar
este relato, pregunte si dolía el crecimiento de los hijos a varias personas y
ellos me dieron estas respuestas:
- A ti, Lizy Bañuelos, Cynthia Mayumi Miyagi, Lorena Vila y 10 personas más les gusta esto.
Ha sido interesante conocer que a la mayoría
de los padres nos movilice tanto el crecimiento de los hijos.
Yo lo comparo con el embarazo y la madre,
porque es es durante la gestación de los hijos donde las madres nos sentimos más
seguras con nuestro pequeño en nuestro interior. Allí recibe todo lo que
necesita y en proporciones adecuadas. Esta seguro, protegido. Mes tras mes ese
bebito se va preparando para salir al mundo, ganando peso, madurando sus órganos,
adquiriendo cabello, etc. Cuando llega el dia del nacimiento, primer gran
evento de muchos, desde el minuto cero ya se encuentra expuesto a los cambios
de clima, a respirar independientemente, a reclamar lo que necesita, ya es
objeto de opiniones, intervienen mas personas en su desarrollo (los abuelos,
los tíos, el pediatra etc) tiene contacto con otros niños, etc. Y la madre, que
tenia todo indiscutiblemente "bajo control" en su interior
"delivers" "entrega" al mundo el ser mas preciado que tuvo
en su seno por 9 meses.
Eso es crecimiento. Una entrega, un
despojarse de algo en pos de la compleción del otro.
Es como el proceso de la metamorfosis que
sufre la oruga en pos de convertirse en la mas bella mariposa. Es el "desprendimiento"
doloroso en pos de algo superiormente bello.
Pero el "desprendimiento" está
presente y felicito a los que les produzca placer y felicidad, o madurez. A mi
por momentos me duele.
Cada etapa de crecimiento tiene sus
matices. La primera infancia, la niñez, la adolescencia y la adultez.
Como mama estoy atravesando la adolescencia
de mis hijos, y adolezco junto a ellos. Toda la auto confianza que había ganado
como madre en 13 años, parece que se va desvaneciendo con cada situación nueva
que aparece. Y una se convierte en primeriza de vuelta.
A veces me encuentro segura, otras veces
asustada, en ciertas situaciones luzco firme y por dentro estoy desarmada. Es
que mi gran amor por ellos, desea que que nunca se equivoquen, que sean siempre
felices, que alcancen sus metas, que sean, que hagan, que alcancen, que nunca,
que siempre, uff!
Una vez, el Dr Dobson, un pediatra y psicólogo
americano muy reconocido, dijo que la paternidad la compara con un entrenador
de baseball. El equipo asistió a los entrenamientos toda la temporada. Recibió
estrategias, tácticas, indicaciones, consejos y advertencias. Llego el día del
juego. El equipo sale a la cancha y el entrenador permanece del lado de afuera,
observando, callando y esperando que el equipo "ponga en práctica"
todo lo aprendido.
Ese es el momento en el que ambos
crecemos, los hijos y los padres. El tiempo en que debemos "confiar"
en que pondrán, o no, en practica lo recibido durante el
"entrenamiento"
Y acá la clave es
"confiar"
Que nuestros hijos sientan que confiamos
en ellos, que son dignos de nuestra confianza, que se la vayan ganando día a día
en la cancha de juego, y celebremos junto a ellos sus victorias o sus fracasos.
En ese "observar el juego" lo
hacemos de manera activa, atentos a sus necesidades o problemas.
Como en el ejemplo del entrenador, no
interviene hasta que no sea necesario: una lesión, un cambio en la estrategia,
un consejo en el entre tiempo, una palmada en el hombre o un grito de aliento
cuando hay desanimo.
El crecimiento es transformación, y la transformación causa dolor,
pero su fin, al igual que en la mariposa es gloriosamente bello y milagroso.
Animo mamis! Animo
padres! Somos los mejores entrenadores que les pudieron tocar a nuestros hijos.
Si hay desaliento, o susto por el crecimiento siempre se puede pedir ayuda. No
estamos solos!
"Y SI ALGUNO DE USTEDES TIENE FALTA DE SABIDURIA, PIDASELA A DIOS, EL CUAL DA A TODOS SIN REPROCHE" Santiago 1:5